Ellos seguían siendo los mejores amigos… o así pensaba Ruthie
Primero ellos eran amigos íntimos, se conocieron en un grupo de comunión, luego tocaron en una banda de rock cristiana universitaria. En alguna parte en la confusión Ruthie y Jacob se enamoraron y tres años y medio después se casaron y se mudaron a Massachusetts. Él trabajaba desde casa como administrador del edificio, ella como trabajadora social. Ellos seguían siendo los mejores amigos… o así pensaba Ruthie.
Los vecinos de al lado, Mark y Chrissie, pertenecían a su comunidad cristiana en la extensa ciudad de Boston. Entonces cuando Chrissie comenzó su lucha con la depresión Ruthie animó a Jacob, quien estaba en casa durante el día, para que la contactara. “Ella estaba vulnerable y yo básicamente le entregue a mi esposo,” dijo Ruthie. De acuerdo con Jacob, él y Chrissie pasaron mucho tiempo hablando.
“Al principio era una relación emocional basada en su necesidad y mi preocupación,” dijo Jacob “En un año, sin embargo, se volvió física.” Ignorado por Ruthie, la relación continuó por tres años.
“Yo pesaba que todo estaba bien,” dijo Ruthie. “Yo sentía que teníamos un buen matrimonio y que éramos buenos amigos en todos los niveles.” Cuando Jacob finalmente confesó la relación, su mundo se derrumbó: “la traición era incomprensible para mí,” dijo Ruthie. “No sabía qué se sentía peor, que mi mejor amigo me apuñalara en el corazón o que yo cooperé”.
“Para ambos, no había dudas de si debíamos salvar la relación o no,” dijo Jacob. “Decidimos que haríamos todo lo que pudiéramos para reparar la amistad y honrar el compromiso que nos hicimos el uno al otro y a Dios”.
“También nos comprometimos con el proceso de reconciliación porque vimos valor en nosotros y en nuestra relación,” dijo Ruthie. “Ninguno podía imaginar vivir sin el otro. Recuerdo decirle a Jacob que lo amaba en medio de horribles, dolorosas y emotivas conversaciones”.
La primera acción que Jacob y Ruthie tomaron fue pasar una semana en la soledad de Colorado. Era un tiempo para simplemente estar juntos y construir nuevos recuerdos. Ellos pasaron mucho tiempo hablando y llorando.
Jacob y Ruthie hicieron todas las acciones constructivas necesarias para reparar su destrozada amistad. Fueron a consejería matrimonial y encontraron apoyo de su iglesia. “No creo que lo hubiéramos logrado sin ayuda profesional,” dijo Ruthie. “Aprendimos como comunicarnos, y aprendimos sobre el quebrantamiento y los patrones de comportamiento que trajimos a nuestro matrimonio. Claramente habían problemas que permanecieron escondidos por años”.
También la pareja liberó sus vidas de todos los compromisos fuera del trabajo, “Necesitábamos un tiempo intenso de confrontación” dijo Ruthie. “Tuvimos que enfrentar cosas profundas, dolorosas e incomodas de ambos y tuvimos que hacerlo solos”.
“Jacob me dijo una y otra vez entre lágrimas, ‘no soy confiable.’ Yo lo vigilaba diariamente para ver si él estaba siendo honesto y fiel. Supervisaba su uso de internet. Este tipo de ejercicio alimentaba mi sufrimiento. Finalmente mi consejero me dijo que Jacob necesitaba a alguien más para monitorear sus pensamientos y actividades. Él entro en una relación de transparencia y responsabilidad con su pastor”. Ruthie sabía que ella también necesitaba rendir cuentas, un oído compasivo y ánimo. Una cristiana madura de la iglesia dio un paso adelante y proveyó ese apoyo.
“Jacob y yo nos volvimos más intencionales sobre leer la biblia,” dijo Ruthie, “la leíamos en voz alta cada noche y orábamos juntos cada mañana. Y siete años después todavía lo hacemos. En ese entonces nuestras oraciones eran llantos de desesperación; sabíamos que no lo lograríamos sin Jesús en el medio”.
“Yo ya no sabía quién era,” dijo Jacob, “era dependiente de Dios para todo. Cada paso que realmente funcionaba era un milagro y yo sabía que Dios estaba en él. Dios también me dio paciencia. Mi esposa se convirtió en una mujer enojada y amargada y yo no sabía cuándo, o si ella alguna vez, se sanaría de la herida que le cause”.
Por el lado sexual, Ruthie no sabía cómo iba a estar desnuda otra vez delante de su esposo. “Tomamos pasos pequeños hacia la intimidad,” dijo ella, “tomó un largo tiempo en superar la traición”. Pasarían años antes de que ella no pensara en Chrissie durante sus momentos más íntimos.
La pareja da crédito al amorío y a sus consecuencias a la falta de una amistad transparente, vulnerable y sólida como una roca. Todo lo contrario, estas son las calidades de su relación hoy:
-Ellos pasan un significante “tiempo de confrontación” juntos, teniendo cuidado de conectarse cuando la vida se pone agitada.
-Ellos han hecho el hábito de agradecerse entre sí por lo mundano, como lavar los platos o sacar la basura.
-Ellos emplean pequeñas amabilidades diariamente. Sirven al otro en todo momento.
-Ellos se rinden cuentas entre sí.
-Han encontrado muchas pasiones comunes y se han comprometido en ellas regularmente.
-Jesús es el centro de su matrimonio.
Después de todo esto, Jacob y Ruthie siguen siendo mejores amigos.