Te imaginas ¿Qué pasaría si tratáramos nuestra Biblia de la misma forma como tratamos nuestro Celular?
– Cargaríamos nuestra Biblia en la cartera, en el maletín, en el cinturón o en el bolsillo.- Le diéramos una ojeada varias veces al día.- Nos volveríamos para buscarla si la olvidáramos en casa o en la oficina.- La usaríamos para enviar mensajes a nuestros amigos.- La trataríamos como si no pudiéramos vivir sin ella. -La llevaríamos siempre a cualquier viaje, como auxilio y ayuda.- La consultaríamos en todo momento
Al contrario del móvil, la Biblia no se queda sin señal y no se descarga.
Nos podemos conectar con ella en cualquier lugar.
No precisamos preocuparnos por la falta de crédito porque Jesús ya pagó la cuenta, y los créditos no tienen fin.
Y lo mejor de todo: no se corta la comunicación y la carga de batería es para toda la vida.