BENDICEME OH DIOS!

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p172vc57qi1spb17dkelg1f5k1iml2 (1)Hoy es el día en que mi Dios Eterno me llene de bendición y me haga fructificar, el Todopoderoso me regala del rocío del cielo, y de la grosura de la tierra, y me hace multiplicar de tal manera que rebosen mis graneros de trigo y de todo tipo de semillas. Bendito eres tú creador del universo que me diste espíritu para que yo pueda comunicarme contigo, concédeme tener un espíritu superior, lleno de tu gracia, firme en la plena convicción de que tú eres el Dios de todos los espíritus, por favor dame el espíritu que le diste a tú siervo David porque anhelo ser conforme a tu corazón y ser hallado fiel delante de tu presencia.

Para que el Señor me conceda el privilegio de ser escuchado cuando ore y sean derramadas mis suplicas delante de Él, con una repuesta inmediata, sean sus ojos puesto en mi y su favor no se haga esperar Para que me guarde de todos mis enemigos, sus oídos estén atento a mis suplicas, su mano extendidas para sacarme de las muchas aguas, no me falte habitar bajo el abrigo y la sombra del omnipotente, el bálsamo del buen pastor, el aceite que pudre los yugos y sobre todo la gracia de amarme.

Dame tu Bendición para perseverar, quiero soñar como lo hizo José, tener la valentía de Josué, amarte como te amó David, perseverar como Eliseo, dividir las aguas de la vida como lo hizo Moisés, confiar aunque esté en el foso de los leones como Daniel, mirar los cielos abiertos como Ezequiel, ser llamado desde el vientre de la madre como Jeremías, tener la gracia de prepararte el camino como lo hizo Juan el Bautista. Dejar la tierra de mi parentela como lo hizo Abraham para alcázar la promesa de la tierra prometida, llegar al nivel de tenerlo todo como pérdida y basura con tal de lograr alcanzar el premio para el cual tu me llamaste, vivir la vida como Salomón, lleno de sabiduría, recibir la gracia de Eliseo, tener la doble porción de tu santo espíritu y una actitud de perseverancia frente a las turbulentas pruebas de la vida.

Regálame un día para bendecirme

• No me dejes caer abatido por una enfermedad que postre mi vida.

• Que nuestros pasos estén bien firmes para que jamás resbalen.

• Permítele a mi cuerpo disfrutar de buena salud calidad de vida, que todo lo que coma me sustente y no me haga daño.

• Que nuestros hijos miren que son regalo de amor para nosotros y que son olivo verde en casa del Señor, permíteles mirar en mí, el favor de tu misericordia y tus grandes beneficios.

• Quiero las alas del Águila y la fuerza del Búfalo porque estoy dispuesto atravesar este día pese a la circunstancia de la vida y pasar al otro lado del nuevo día

• Disfrutaré de una nueva mañana y del viento que en su recorrido me habla de ti, y del agua fresca que me habla de la frescura de tu presencia, del pan que pones en mi mesa, de tu misericordia que alegra mi corazón cada mañana.

Disfrutaré de los buenos amigos, de mis hijos y mis seres queridos, de los buenos tiempos que vienen de tu presencia y de las promesas que son semilla latente en mi corazón

Bendíceme…Para que contigo pueda vencer el día malo, el día de la angustia, el día de la batalla, de la tentación, el día de la enfermedad y de la escasez, solo te pido que me prepares para que mi fe no desmaye y lléname de los nutrientes de tu espíritu y de la abundancia de tu sabiduría. “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar.”

Bendíceme…Porque no quiero ser como aquellos que retroceden cuando miran y prefieren abortar los sueños y las promesas antes que perseverar y seguir luchando hasta ver la realidad de tú visitación en mi alma, estoy plenamente seguro que el día de la prueba lo hiciste para perfeccionarme y añadirme con tu buen espíritu lo que me hace falta. Creo en tu amor para fortalecerme y mirar la angustia como un gigante derribado debajo de mis pies. Considera mis años de caminar contigo, mis diezmos y ofrendas que delante de ti he hecho.

Bendíceme… Para que no me falten las fuerzas en los momentos de angustia en mi vida, porque mi mayor deseo es llegar al final honrándote, amándote, siéndote fiel y haciendo lo que a ti Padre Celestial te agrada. No les permita a mis enemigos que canten victoria sobre mí, consideras sus amenazas y ven pronto en mi ayuda.

Virgilio Santana Ripoll

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